Bodas míticas siglo XXI
Siguiendo con las bodas míticas que han marcado la historia y sin lugar a duda tendencia, en esta segunda parte os contamos algunas de las bodas reales del siglo XXI, que han sido mucho más revolucionarias ya que han roto con esquemas tradicionales de la realeza europea. En una línea de tiempo mostraremos las bodas entre príncipes y princesas con los amores de sus vidas, que han resultado siendo unos simples plebeyos, pero que a día de hoy hacen parte y con honor de la monarquía.
Haakon de Noruega y Mette-Marit Tjessem
Nunca antes un príncipe había descubierto su corazón en la tele, pero Magnus Haakon de Noruega es la excepción, este joven le explicó a todo su pueblo que hasta pensó en renunciar a la corona por amor y además que su la mujer de su vida era una madre soltera de la clase media.
Después de haber roto con algunas tradiciones, los príncipes de noruega sellaron su amor con unas alianzas de oro blanco en su bodaen agosto del 2001. Él con uniforme militar y ella con un hermoso y sencillo vestido en color crema, inspirado en que uso la bisabuela de Haakon, Confeccionado por el modisto noruego Ove Harder Finseth.
Máxima y Guillermo de Holanda. “la segunda hispana en formar parte de la monarquía europea”
La ceremonia que tuvo lugar el 2 de febrero de 2002 fue celebrada bajo el rito protestante en Nieuwe Kerky, tal como marca la tradición holandesa la novia, Maxima Zorreguieta argentina y el príncipe Guillermo Alejandro caminaron juntos hacia el altar.
Para poder realizar esta alianza, la ahora reina de los Países Bajos, tuvo que tener la nacionalidad holandesa y pasar varios procesos para que se aprobara su matrimonio.
Cuando por fin llegó el día, Máxima eligió un vestido muy elegante y sobrio del famoso diseñador italiano Valentino de color marfil con un cuello redondo muy discreto y de mangas largas ajustadas, con una cola de cinco metros de largo.
Lució también una preciosa tiara que fué la que uso la reina Beatriz 35 años atrás en su boda con el príncipe Claus, que sujetaba un velo de tu de seda muy artesanal, sin duda una de las bodas míticas de ese año.
El príncipe Federico y la princesa Mary. “Dinamarca se viste de boda”
El 14 de mayo de 2004, en la Catedral de Nuestra Señora de Copenhague, Dinamarca era testigo del enlace de Mary Elizabeth Donaldson, abogada australiana y el príncipe Federico que intenta modernizar y crear nuevas tradiciones.
Mary Donaldson lució un precioso vestido del diseñador danés Uffe Frank, en color blanco nacarado con una falda amplio vuelo, mangas originales, un escote redondo y un velo con encaje irlandés bordado que fué usado por la bisabuela de Federico.
Después de esta romántica historia de amor y tener una de las bodas míticas más bonitas, los príncipes tuvieron cuatro hijos.
Felipe de Borbón y doña Letizia Ortiz. “La boda del siglo”
El príncipe de Asturias, hijo de Don juan Carlos I y Doña Sofía, siempre dijo que se casaría con una mujer que le gustara y a la que amara, no siendo necesariamente de la realeza europea. Así dicho, el 22 de mayo de 2004 Don Felipe, contrajo matrimonio con Doña Leticia Ortiz Rocasolano, una joven periodista de la clase media española, que lo dejó profundamente flechado, en la Catedral de Nuestra Señora de la Almudena en Madrid, lo que ha sido una de las bodas míticas más comentadas del siglo.
Letizia lució absolutamente hermosa y sencilla con un vestido de Manuel Pertegaz, inspirado en la ‘línea princesa’ que se compone de corte continuado desde los hombros hasta el suelo, que se prolongaba formando una cola de 4,50 metros a partir de la cadera, con un escote en pico y cuello ‘corola’ bordado en hilo de plata y oro, al igual que el escote de la espalda.
La futura reina de España, cuidó ese día tan especial, hasta el más mínimo detalle, con un maquillaje sencillo para resaltar su belleza natural y un peinado recogido trenzado que mostró su esbelto y largo cuello.
Y como curiosidad Doña Letizia lució, la misma joya que llevó la Reina Sofía el día de su boda con Don Juan Carlos en Atenas, el 14 de mayo de 1962: la diadema prusiana.
En la actualidad esta pareja tienen 2 preciosas hijas, las infantas Leonor y Sofía.
Victoria de Suecia y Daniel Westling. “Un príncipe sin sangre azul”
Daniel Westling nació en una familia sencilla en Ockelbo y nunca pensó que algún día se convertiría en el príncipe Suecia, estudió deportes y precisamente en un gimnasio es donde conoció al amor de su vida, que resulto ser la hija primogénita del rey Carlos Gustavo y la reina Silvia de Suecia y por ende la heredera del trono.
La princesa Victoria después de siete años de noviazgo con este joven de pueblo, el 19 de julio de 2010 se unieron para siempre en una de las bodas míticas más soñadas, en la catedral de San Nicolás de Estocolmo.
Victoria llevó un traje del diseñador sueco Pär Engsheden, de color crema en seda satinada con un escote tipo barco y un fajín ceñido a la cintura y una cola de cinco metros de largo. La tiara y el velo fueron los mismos que llevó su madre el día de su boda, la primera hecha en oro, perlas y siete camafeos que probablemente fué un regalo de Napoleón Bonaparte a su esposa, princesa heredera de Suecia en 1923 y ha pasado de generación en generación.
Ahora la que será la cuarta reina de Suecia y el Duque de Västergötland y caballero de la orden de serafín son marido y mujer!
El príncipe Guillermo y Kate Middleton. “Después de 30 años, Londres celebra una boda real”
Muy espontáneos, cómplices y sonrientes lucieron el pasado 29 de abril de 2011 en la Abadía de Westminster, Catherine una chica de clase media – alta y el hijo del Príncipe Carlos y la fallecida Diana De Gales.
El vestido de Kate fue elaborado a mano por La Real Escuela de Costura, en color marfil y blanco satinado con escote corazón, con un cuerpo de encaje francés de manga larga, con una falda voluminosa y una cola de 3 metros de largo.
En cuanto al peinado, quiso romper con la tradición y llevar pelo suelto, con unos pendientes de diamantes regalo de su familia.
La Reina Isabel quiso que la esposa de su nieto llevara una de las joyas más especiales para ella, la tiara de Cartier que era de su madre y ha pasado de generación en generación.
En el altar la esperaba su apuesto príncipe, con el uniforme de Coronel de La Guardia Irlandesa y la insignia de la estrella de ocho puntas de La Ilustrísima Orden de San Patricio.
Esta fué una las bodas míticas de ese año, que estuvo llena de romanticismo y magia que ha quedado grabada en el corazón de los ingleses.
Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock. “Una boda inolvidable”
Charlene Lynette Wittstock, una joven nadadora sudafricana con esculturales medidas y muy agradable. Fué consciente en aquel momento de papel que tenía que desempeñar al convertirse en la primera dama de Mónaco.
Fué instruida en la fe católica durante los 4 años de noviazgo con el Príncipe Alberto, que tiene dos hijos reconocidos pero que no hacen parte de la línea de sucesión.
Esta pareja ha estado unida siempre por el deporte, dicen que se conocieron en las olimpiadas de Sídney, la presentó en sociedad durante los juegos olímpicos de Turín y fué su ausencia en los juegos olímpicos de Pekín, los que despertaron las sospechas de un compromiso.
El príncipe Alberto de Mónaco y Charlene se dieron el ‘sí quiero’ el 2 de julio de 2011 en el Palacio Grimaldi, en una celebración que fué una de las bodas míticas que realmente son un cuento de Hadas.
La princesa lució muy sencilla y sin ninguna joya, lo único que adornaba su conjunto era un broche de plata y diamantes en el recogido de su cabello bajo un velo muy austero.
La soberana de los monegascos lució un hermoso traje con líneas muy rectas del prestigioso diseñador Giorgio Armani.
Esta fué una boda llena de anécdotas, caídas y llamativos diseños que quedará en la memoria de todos.
Guillermo de Luxemburgo y Stéphanie de Lannoy. “Una boda muy real”
El 20 de octubre de 2012 contrajo matrimonio el hijo de los Duques de Luxemburgo con la aristócrata belga Stéphanie de Lannoy, en la catedral de nuestra señora de Luxemburgo.
Stéphanie lució en su mágico día un precioso diseño de Elie Saab, de encaje de color marfil bordado en hilo plateado con 12 capas de tul que formaban la voluminosa falda, con mangas de encaje tres cuartos, bordado también con lentejuelas y cristales transparentes y un velo de tul de seda bordado en hilo de oro. Llevaba una segunda cola del mismo largo de la que llevo la princesa Leticia de Asturias.
La tiara, fué la que utilizaron sus hermanas y cuñadas en sus bodas, compuesta por 270 brillantes incrustados en platino, con un diamante en medio.
Todo el conjunto lo acompaño con un maquillaje muy sencillo y femenino.
Está es sin lugar a dudas una de las bodas míticas más comentadas del momento.
Y como en todo cuento de hadas, colorín colorado este cuento se ha acabado…
¿Alguna idea más que te gustaría compartir? Cuéntanoslo en nuestras redes sociales porque ¡tú también puedes servir de inspiración para otras novias!
