
¿Discutiste? 5 pasos para no dañar vuestro amor
Por Sandra Cámara.
En todas las relaciones surgen roces. No tener un buen día, sentirse vulnerable, de mal humor o porque nuestro ego a veces se empeña en que todo salga como nos gustaría y no siempre es así. Todos podemos ser en algún momento cabezones, infantiles, inmaduros, egoístas y orgullosos… sin embargo, el amor, cuando es verdadero, coge entonces impulso para ponerse manos a la obra y arreglar el desastre producido.
Para que el amor no se sienta muy solo o sienta que le faltan las fuerzas cuando toca una reconciliación, nada como echarle un cable respirando profundo y teniendo en cuenta gestos muy sencillos que nos aproximarán de nuevo hasta nuestra pareja.
1. Mejor una retirada a tiempo.
Cuando uno se siente atacado o herido, el mecanismo biológico de defensa que todos tenemos se pone en marcha de forma instintiva para defenderse, y la defensa casi siempre suele consistir en lanzar un nuevo ataque con más impulso del que se recibió.
Cuando te descubras diciendo palabras que en el fondo no te pertenecen para en seco y aléjate de la situación. Es fácil que la ira se haga contigo y te lleve a lugares de los que más tarde puedas arrepentirte.

2. Quédate a solas y descarga tu cuerpo.
Cuando uno está enfadado el primero en reaccionar es el cuerpo. Los músculos se tensan y toman energía que se acumula en os hombros, la mandibula, la espalda… y no desaparece hasta relajarse. El primer paso para recuperar la serenidad es liberar la tensión que has acumulado pero sin dañarte tú ni a quien tienes alrededor. Puedes quedarte en una habitación a solas y golpear la almohada, retorcer con las manos un cojín o gritar fuerte con la boca tapada. ¡Verás como notas la descarga!



3. Respeta el ritmo de recuperación.
Algunas personas pueden tener una rabieta o discusión y una vez que se desahogaron se les pasa pronto el malestar y pueden recuperar rápidamente la normalidad. Sin embargo, otras personas necesitan más tiempo. Un poco de aire y distancia para serenarse puede venir muy bien, siempre que no se eternice ni sirva para alimentar más el rencor.



4. La humildad gana al orgullo.
Después de la tormenta llega la calma. Siempre. Y con ella casi siempre un sentimiento de tristeza y cansancio que al amor le toca acoger y cuidar para sanar las heridas. Aproximarse con actitud humilde reconociendo tus fallos, ayudarán a que tu pareja tome la misma actitud y de forma más tranquila habléis de lo sucedido para pediros perdón y comprometeros a mejorar.



5. Potenciad el humor y lo positivo.
Después del cariño y el perdón lo mejor es dejar pasar lo sucedido y centrar vuestra atención en aquello que os une y os hace sentir bien. Dar un paseo, ver una película divertida, cocineros juntos una rica cena o poner vuestra música preferida hará que lo positivo entierre a lo negativo y os haga ir a dormir de nuevo con una sonrisa.



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