Malala de perlas y semipreciosas

Malala siempre supo que se queria  dedicar a la joyería, no sólo porque su familia se dedicaba a ello desde hace años y lo conocía muy bien, sino por la fascinación que le produce la belleza de las perlas cultivadas y las piedras semipreciosas. Desde pequeña ha imaginado mil formas de combinar las perlas y las piedras de una manera diferente a cómo las veía en los escaparates.

Para Malala su fin es  crear joyas favorecedoras y ponibles, que no pasen de moda y que no estén metidas en un cajón.

Compra por todo el mundo perlas cultivadas, piedras semipreciosas, cierres, cueros, sedas, plata, cualquier detalle que pueda incorporar a una joya y después en su tienda taller lo termina en forma de collar, pendientes, pulseras, broches…

A Malala le gusta  pensar que a las mujeres a las que van dirigidas sus piezas son mujeres con personalidad que buscan diferenciarse con los complementos , y que sienten la misma magia que yo siento, ante la maravilla de la naturaleza, cuando admiro el brillo de una perla cultivada o los distintas tonalidades que puede tener una piedra semipreciosa.

Malala siempre supo que se queria  dedicar a la joyería, no sólo porque su familia se dedicaba a ello desde hace años y lo conocía muy bien, sino por la fascinación que le produce la belleza de las perlas cultivadas y las piedras semipreciosas. Desde pequeña ha imaginado mil formas de combinar las perlas y las piedras de una manera diferente a cómo las veía en los escaparates. Malala su fin es  crear joyas favorecedoras y ponibles, que no pasen de moda y que no estén metidas en un cajón.Compra por todo el mundo perlas cultivadas, piedras semipreciosas, cierres, cueros, sedas, plata, cualquier detalle que pueda incorporar a una joya y después en su tienda taller lo termina en forma de collar, pendientes, pulseras, broches…A Malala le gusta  pensar que a las mujeres a las que van dirigidas sus piezas son mujeres con personalidad que buscan diferenciarse con los complementos , y que sienten la misma magia que yo siento, ante la maravilla de la naturaleza, cuando admiro el brillo de una perla cultivada o los distintas tonalidades que puede tener una piedra semipreciosa.