Nervios antes de la boda
Si pensar en disfrutar en el mejor día de tu vida con la celebración de la boda que siempre imaginaste, la motivación por el viaje de luna de miel multiplica las ganas de vivir ese momento inolvidable.
Cumplir el sueño de celebrar el día de tu boda como imaginaste desde pequeña no siempre es la situación ideal que viven todas las parejas. Algunas novias quizás nunca pensaron que se casarían y el amor verdadero les hizo cambiar de opinión. Tal vez alguna vez lo pensaron pero hasta ahora no encontraron la situación más adecuada para hacerlo, o por el contrario la decisión ha sido fruto de un impulso de locura apasionada.
Sea por el motivo que sea, te casas y las mariposillas que se instalan en el estómago pueden ser tus mejores aliadas para derramar hasta el último gramo de ilusión en los preparativos, o traicionarte con miedos y dudas que llegan para asaltarte en el momento más inoportuno.
Ambas sensaciones son perfectamente normales, ¿quién no ha sentido el pánico escénico alguna vez mezclado con la pasión ante una situación estimulante? ¡Ganas infinitas, pero miedo como el que más! Igual que cuando un niño por fin ha aprendido a nadar y desde la orilla del mar corre hacia dentro para después dar marcha atrás invadido por los nervios y la excitación.
Como esta emoción es la más humana de las emociones, cuando la sientas, lejos de querer reprimirla o pensar en salir a correr al estilo Julia Roberts en Novia a la Fuga, te damos 5 recomendaciones sencillas que te devolverán un poquito la tranquilidad.
Nervios antes de la boda .1. Ninguna decisión es irrevocable
No cabe duda que tomar la decisión de unirse en matrimonio con alguien es una elección importante que te dirigirá hacia un estilo de vida diferente a cualquier otra. Sin quitar importancia a su trascendencia, en los momentos de incertidumbre seguramente te ayude recordar que la apuesta por una vida en común puede deshacerse si el proyecto posteriormente no os conduce a la felicidad de ambos. Respira y piensa que la responsable de tu felicidad eres tú y que a lo largo de tu vida siempre podrás tomar nuevas decisiones que conduzcan a tu plenitud.
Nervios antes de la boda .2. Mejor en compañía que en soledad
Cuando los nervios ante la organización para que todo salga perfecto puedan contigo, busca apoyo en las personas que más quieres. No eres una super heroína y el estrés de la vida diaria unido al de la preparación de vuestro gran día puede llevarte a situaciones de ansiedad que se aliviarán fácilmente si repartes tareas o incluso te das un respiro y delegas lo pendiente a otra persona. ¡Ya continuarás cuando tu mente se haya dado un respiro!
Nervios antes de la boda .3. No te olvides de ti
Trabajo, responsabilidades, compromisos, gastos… La vida diaria es una vorágine de situaciones que muchas veces nos colocan a nosotras mismas las últimas de la lista. No dejes de cuidar tu espacio ni permitas que todo te supere. Tus momentos son sagrados y tú debes ser la primera en respetarlos. Sigue haciendo ejercicio, viendo a tus amigas o disfrutando de las actividades que más bienestar te reportan aunque pienses que no tienes tiempo.
Nervios antes de la boda .4. ¡Viaje de novios a la vista!
Recuerda que después de los preparativos y los nervios del día de tu boda llega la esperada luna de miel. En los días de más estrés recuerda que cada día queda menos para salir volando a otro destino en el que lo único que importará será tu pareja, tú y el placer merecido.
Nervios antes de la boda .5. Recuerda los motivos
En los días menos buenos, siéntate tranquila a recordar la historia que os unió y crece cada día: el momento en el que os conocisteis, el primer aniversario, los ataques de risa o la romántica sorpresa que te hizo llorar. Piensa en lo que te enamora de esa persona y lo que te saca de quicio también para recordar que encontraste a alguien con quien deseas compartir un proyecto de vida y que al igual que admiras sus cualidades también eres capaz de amar sus imperfecciones. Seguramente a la otra persona le ocurra lo mismo contigo. ¿Recuerdas ahora porque esos miedos inesperados merecen la pena superarlos?
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